Controlar las Emociones que te Incitan a Comerciar
Si bien algunas emociones pueden hacer que dude en negociar, otras pueden tener el efecto contrario, haciendo que actúe cuando realmente no debería.
Impaciencia
En lugar de estar paralizados por los nervios, algunos traders nuevos tienen una reacción bastante diferente y no pueden esperar para saltar a los mercados. Esto puede resultar aún más perjudicial.
Como dice un refrán inglés, “saber solamente ‘un poquito’ es peligroso”, y lanzarse a un comercio antes de estar completamente preparado es una ruta segura hacia la decepción. Primero considere esta lista de verificación:
- ¿Estás listo para operar?
- ¿Se siente cómodo usando su plataforma de operaciones y sabe cómo aplicar las herramientas que proporciona?
- ¿Ha creado un plan comercial?
- ¿Entiende completamente todos los factores que afectan actualmente al mercado en el que desea operar?
- ¿Ha planificado su comercio, ha considerado sus objetivos y ha calculado las posibles pérdidas y ganancias?
Si puede responder “sí” a todas estas preguntas, y si la operación propuesta se ajusta a su plan comercial, está listo para comenzar.
Del mismo modo, ejerza la moderación cuando se trata de posiciones abiertas. Después de ingresar a una operación, debe darle tiempo al mercado para que reaccione como espera; no se impaciente y opere antes de que el mercado haya tenido tiempo de moverse.
Tentación y Codicia
Cuando sus operaciones van bien, es natural estar entusiasmado con el potencial de ganancias aún mayores.
Pero en estos momentos es vital ceñirse a las reglas de su plan comercial. Si las señales indican que es hora de cerrar una operación y obtener sus ganancias, probablemente no sea una buena idea seguir aguantando con la esperanza de ganar aún más dinero.
Lo mismo ocurre cuando ve una atractiva oportunidad para comerciar. Suponga que conoce a un comerciante experimentado que le dice que cree que Trendy Online Retail Group plc está a punto de ver un aumento en el precio de sus acciones. Es posible que tenga la tentación de realizar una gran operación, incluso si va en contra de su plan comercial.
Pero es importante recordarse a sí mismo que su plan está ahí por una razón: quitar la emoción a las decisiones comerciales. Si el riesgo que plantea esta operación está fuera de los parámetros que normalmente consideraría, debe negarse a involucrarse, por muy convencido que esté su amigo.
Felicidad y Orgullo
Cuando una operación sale bien, es probable que sienta una oleada de placer y satisfacción. Naturalmente, estará orgulloso de su logro. Y si una serie de operaciones genera ganancias, es posible que incluso empiece a sentirse invencible.
Estas emociones, aunque positivas, también pueden ser peligrosas. En momentos como este, puede surgir un optimismo incontenible que lo alienta a tomar riesgos que normalmente estarían fuera de su zona de confort.
Los humanos tendemos a ver patrones en todo, por lo que una secuencia de operaciones exitosas puede convencerte de que estás “en una racha ganadora”. Sin embargo, recuerde que el universo no funciona de esa manera: su próxima operación podría fácilmente resultar en una pérdida, por lo que, si se compromete en exceso, podría sufrir un doloroso golpe.
Sea siempre consciente de la forma en que su estado de ánimo está afectando sus decisiones comerciales. Al controlar su emoción y mantener la calma, es más probable que piense con claridad y tome decisiones informadas y prudentes.